Susurrar

domingo, 16 de octubre de 2011

Le suflé a Berisse I

Hacía como muchas semanas que no salíamos a susurrar. Mi susurrador estaba debajo de la cama. El de vana colgado de un clavito.
Pusímonos nuestras pelucas y tomamos el bondi 202.
Nos bajamos a la altura correcta pero debimos alejarnos bordeando un canal enoorme, buscando un puente que nos llevara del otro lado.
Cuando finalmente lo cruzamos y cuando finalmente llegamos, mucho más tarde de lo que se esperaba, el sitio que nos convocaba estaba lleno de niños punks de edades adolescentes y con gestos malitos.
Nos atemorizamos y fuimos a por helados a la calle montevideo, que es la calle principal de berisso, la calle que cruza todo, donde está el centro y la gente engrosa las filas de los supermercados.
Ahí pues fuimos a la heladería con nuestras pelucas coloridas y nuestros susurradores también coloridos. Yo me pedí de mousse de maracuyá y banana, ella fue ignorada por la vendedora. Luego accedió felizmente a su helado.
En el kiosco de anahí compramos muchas golosinas distintas, de esas que estallan o golpean las papilas. Luego un bondi de vuelta nos llevó adonde quiso.
Al ver que llegábamos a plaza italia, bajamos y emprendimos nuestra misión comenzando por el señor que vende plantas en la feria.
Luego una señora que miraba pájaros a lo lejos.
También recuerdo haber susurrado a un niño apenas más pequeño que yo, que alegremente me escribió en el dorso de un papel usado, una lista de poemas breves de un tal sbarra.
Acto seguido, me enamoré de un títere que salía ochenta pesos y no me lo pude comprar.
Vana consiguió que una enfermera que había sido susurrada nos convidara de su charla y su birra como si naturalmente todo.
Todo acabose así, cuando al volver a nuestros hogares alguien gritó "susurrame alguno" y vaya sorpresa, porque hartas de explicar una y otra vez que es eso de los susurradores, por fin alguien sabía y solicitaba.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

¿Qué es un susurrador?


Dícese de la persona que susurra o el artefacto utilizado para susurrar poemas en distintas ocasiones sociales, preferentemente vía pública.
Dicho artefacto ha sido ideado por un grupo francés e importado y adaptado por cada apropiador del mismo.
De sencilla creación e infinitas posibilidades, este tubo de cartón al que usted podrá prestarle su boca u oreja, si el azar se pone de su lado, es extendido como un puente poético cada vez que uno quiera.

Susurros ya desperdigados por el universo

Jueves 25 de Agosto: Plaza San Martín (La Plata)
Jueves 1 de Septiembre: Plaza Moreno (La Plata)
Jueves 8 de Septiembre: Parque Cívico (Berisso)